Ecología – Sukhaonline.com.ar https://sukhaonline.com.ar Por una práctica más sustentable Mon, 29 Aug 2022 13:05:14 +0000 es-AR hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.7.1 https://sukhaonline.com.ar/wp-content/uploads/2022/01/cropped-marca-08-1-32x32.png Ecología – Sukhaonline.com.ar https://sukhaonline.com.ar 32 32 Mucho más que plantar un árbol: plantar una idea https://sukhaonline.com.ar/2022/08/29/mucho-mas-que-plantar-un-arbol-plantar-una-idea/ Mon, 29 Aug 2022 13:05:14 +0000 https://sukhaonline.com.ar/?p=16093 ¿Por qué desde SUKHA elegimos el camino de la reforestación?

Elegir qué camino tomar no siempre es fácil. Porque cuando tomamos una decisión, siempre estamos resignando otra cosa. Pero también, es verdad que ese camino que elegimos, nos compromete en cada paso con nuestra decisión.

SUKHA nació de un viaje a la India donde nos transformamos personal y profesionalmente.

Un encuentro con nuestro propósito: hacer un mundo mejor y más consciente a través del yoga.

Izquierda: Pilar, CEO de Sukha, durante su viaje a la India. // Derecha: Reforestación en Bariloche, organizada x @circuito_verde.

El primer paso fue pensar en hacer productos amigables con el planeta, de excelente calidad, pero 100% libres de plástico y hechos de materiales naturales. Una innovación en lo que respecta a los típicos mats de PVC.

Pero enseguida supimos que podíamos apostar a más y aparecieron miles de preguntas:

¿Es esto suficiente? ¿Podemos hacer algo más? ¿Cómo dejamos una huella concreta en esta, nuestra casa, el planeta tierra?

Hoy el camino que elegimos recorrer tiene un poco más de claridad: Por cada mat vendido, plantamos un árbol.

Y ese compromiso, es hoy un motor en todo lo que hacemos.

Foto @gregocampi

La deforestación es una práctica que tiene graves consecuencias sobre el entorno natural, pero también sobre la vida del ecosistema. Cuando los árboles se pierden, aumentan los niveles de dióxido de carbono que hay en la atmósfera. Es así como se producen el efecto invernadero y el aumento de las temperaturas.

La reforestación es un camino concreto para colaborar con la crisis climática que estamos enfrentando, pero también es una forma de generar comunidad entre todos quienes formamos y confiamos en la propuesta de SUKHA.

Plantando árboles, podemos compensar nuestra huella de carbono y combatir el cambio climático.

Equipo SUKHA participando de la reforestación en Cholila, organizada por @Reforestarg

Hoy, en el día del árbol, les compartimos 5 motivos por los cuales plantar un árbol, es también defender un estilo de vida y un mundo en el que queremos vivir.

1.   Proteger la tierra

Los bosques protegen al suelo de las intensas lluvias previniendo la erosión hídrica. Cuando no hay cobertura para interceptar las gotas de lluvia, estas impactan violentamente sobre el suelo desnudo generando la desagregación de  partículas que luego son transportadas a zonas más bajas o a cuerpos de agua.

 De esta manera se pierden los suelos y se corre el riesgo de que los bosques se conviertan en desiertos. Cada día que pasa toneladas de suelo se desprenden de su sitio original. Sin suelo, la capacidad de regeneración del bosque baja notablemente.

2.   Proteger el agua

¿Por qué plantar árboles para cuidar el agua?

. Porque la lluvia puede caer solo cuando el agua de la atmosfera se condensa en gotas, y los árboles emiten pequeñas partículas como el polen que facilitan este proceso al proporcionar superficies para que el agua se condense.

. Porque reponen la concentración de vapor de agua de la atmósfera. Extraen agua a través de sus raíces y la liberan por medio de sus hojas a través de la transpiración.

. Porque aportan al recargo de las aguas subterráneas generando las condiciones óptimas para que el agua se infiltre a través del suelo.

. Porque enfrían la superficie terrestre. Y no solo mediante la provisión de sombra, el agua que transpiran también enfría el aire a su alrededor.

3.   Compensar la huella de carbono

La mayoría de nuestras actividades liberan carbono u otros gases a la atmósfera, que aceleran el calentamiento global. Los árboles pueden captar estos gases y almacenarlos en sus hojas, troncos y raíces.

Gracias al proceso de fotosíntesis, los árboles son capaces de absorber CO2 de la atmósfera y expulsan como desecho el oxígeno que necesitamos para vivir. De esta manera, los árboles actúan como sumideros naturales de carbono gracias a su capacidad de absorción de este gas, que necesitan para crecer.

4.   Frenar las especies exóticas

Las especies exóticas son aquellas introducidas fuera de su área de distribución original. No tienen relaciones evolutivas con las especies con las que se encuentran en su nuevo territorio y pueden ocasionar fuertes problemas transmitiendo enfermedades desconocidas, compitiendo o depredando a las especies nativas.

5.   Conservar la biodiversidad

Los bosques son hábitat de millones de especies. Huemules, pudús, carpinteros gigantes, hongos, bacterias y todo tipo de plantas coexisten en el delicado equilibrio que genera un bosque. La fragmentación de los bosques está dejando a miles de especies sin hábitat. Para pasar de un sitio a otro, los animales necesitan una conexión. Si no pueden ir a reproducirse, no lo hacen. Y una especie que no se reproduce, se extingue.

​Eso le pasa a los animales cuando eliminamos una parte de su hábitat.

Fuente: Reforestar Argentina

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El día de la Tierra es todos los días https://sukhaonline.com.ar/2022/04/22/el-dia-de-la-tierra-es-todos-los-dias/ Fri, 22 Apr 2022 15:09:54 +0000 https://sukhaonline.com.ar/?p=14432 Este año los días de Semana Santa transcurrieron de una forma distinta. Un grupo de cincuenta desconocidos nos encontramos para darle un regalo a la Tierra.

En una plaza de Cholila, hicimos la primera ronda y observamos a las personas con las que íbamos a compartir los siguientes días. No sabíamos nada de nadie, pero nos unía la decisión de haber elegido plantar.

¿Por qué plantar? Porque cada quien con su historia llenó un formulario de inscripción ofreciéndose como voluntario para una nueva experiencia con Reforestarg, una organización que nació hace pocos años y crece a pasos agigantados, buscando expandir un mensaje de amor y restauración.

En mi caso, tuve la posibilidad de encontrarme en esa ronda porque fui invitada por Sukha como embajadora, una invitación que fue uno de los regalos más hermosos que me han hecho.

Una vez en Cholila, y habiendo comido algunas empanadas para recarga energías, nos dividimos en camionetas y comenzamos un viaje de una hora, atravesando campos, cruzando arroyos y subiendo cada vez más hasta llegar al lugar que sería nuestra casa durante las próximas jornadas.

Llegamos como una tromba, hablamos, caminamos velozmente de un lado al otro, sentíamos curiosidad por ese nuevo espacio que nos estaba esperando ya provisto de cajas ee comida y fuego.

Bajamos al arroyo y encontramos una ronda hecha con algunos regalos, lápiz, anotador, remera, gorra, y uno de nuestros primeros momentos de interacción fue un trueque improvisado de remeras talle S por remeras talle M y viceversa.

Después de un rato de griterío, y de un momento de presentación de lo que iba a ser nuestro fin de semana, armamos las carpas. Y cuando terminamos, cuando la carpa que seria mi hogar ya estaba montada frente al arroyo, me permití parar. Miré a mi alrededor. El agua adelante mío, las piedras bajo mis pies, la montaña rodeándome. No era la primera vez que llegaba a un espacio como ese. Pero si era la primera vez que lo hacía con tanta gente. Y eso, esa comparativa de experiencias me permitió darme cuenta de que no habíamos sentido el espacio, que habíamos llegado con toda nuestra energía citadina a invadirlo todo, y que para poder llegar, no sólo bastaba con bajar de una camioneta, sino que había que empalmar nuestra energía con la de la montaña. Me quedé en silencio, mirando el agua. Agradeciendo. Sintiendo la tierra. Conectando.

A la noche nos reunimos junto al fuego y esa conexión terminó de enraizar gracias a una meditación grupal y a un documental que nos mostró un poco del trabajo que íbamos a realizar.

Estábamos ahí para hacer un aporte a la naturaleza. Para plantar uno, cincuenta, mil o dos mil árboles, con el deseo de reconstituir un ecosistema destruido por el fuego en el 2015. 

¿Se puede reconstruir un ecosistema? ¿Se puede remediar todo el daño que se ha hecho? ¿Puedo yo, o 50 personas, hacer la diferencia?

A la mañana siguiente salimos a plantar. Cargamos cientos de plantines de ciprés en nuestras mochilas y subimos la ladera de la montaña. Pala, pozo, plantin, ajuste, a seguir.

Pala, pozo, plantin, ajuste, a seguir.

Así  divididos en equipos, fuimos armando bosquetes, grupos de 8 árboles que formaban familias, con la esperanza de que al menos 4 llegarán a la edad adulta y se reprodujeron naturalmente.

A la tarde hicimos el mismo trabajo pero con plantines de cohihue. Se plantaron estas dos especies por ser árboles nativos, que se incendiaron en su momento y que requerían ser reincorporados.

La montaña no estaba desierta, ya pasaron muchos años desde aquel incendio, y otras especies lograron teñir el paisaje de verde y amarillo. Por eso, caminamos en un espacio donde la muerte y la vida conviven. Los árboles quemados siguen de pie, grises y negros, mientras a su alrededor se muestran abuntantes la laura, el radal, el marca caballo y otras especies cuyos nombres no pude retener.

Plantamos, plantamos todo el día, antes y después del almuerzo, veiamos como cambiaba la tierra a distintas alturas, nos cansamos y nos sentimos plenos por el regalo que estábamos haciendo.

Al otro dia volvimos a plantar. Esa jornada ya era más corta y nos agarró con más experiencia encima. Los equipos trabajaban ya mucho más eficientemente, cada quien tenía su trabajo, y en pocas horas cumplimos con nuestro objetivo. En total plantamos 2700 árboles.

Cuando pienso en ellos, en que sus raíces ya se están conectando con las raíces de otras plantas, con la tierra, con la historia de ese suelo, pienso en el gran entramado que nos sostiene. Si bien un árbol plantado hoy, tardará mucho en captar las miles de toneladas de carbono que necesitamos quitar del ambiente, estos árboles que plantamos tienen para mi otra función: son mensajeros. Con cada árbol enviamos un mensaje de amor a la naturaleza. Un mensaje de cuidado, un mensaje de esperanza, porque, como dice la frase de Martin Luther King, “Aunque supiera que mañana el mundo se habría de desintegrar, igual plantaría mi manzano”.

Autora: Natalia Mazzei @ecointensa

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