¿Cuáles son los beneficios de las mantas de yoga?

Existen varios accesorios y complementos que son clave para acompañar nuestra práctica de yoga.

La manta es una de ellas.

Relajación, abrigo, soporte  y amortiguación, son algunos de los beneficios que puede acercarte el uso de una manta.

En este artículo, te vamos a contar distintas formas de usar y aprovechar tu manta al máximo.

¿En qué posturas puedo usar mi manta de yoga?

Las mantas de yoga se popularizaron como accesorio clave en prácticas restaurativas o de relajación. 

En esos momentos, la temperatura corporal baja y es clave sentirnos abrigados para poder disfrutar de la relajación sin estar pensando en el frío.

Por eso , hay dos momentos clave para usar tu manta:

  1. Meditación: Ya sea que medites luego de tu práctica o cada mañana cuando te levantás, usar una manta en ese momento, es un mimo al alma. El simple hecho de apoyar la manta sobre los hombros, nos ayuda a entrar en estado de calma y concentración.

  1. Shavasana:La postura final de relajación y asimilación, es el momento obvio para usar nuestra manta. Ahí, donde necesitamos sentirnos abrigados y relajados, la manta cumple una gran función. Además, podés usar una segunda manta, enrollada, por debajo de tus rodillas para sacar presión de tu zona lumbar. 

También, podemos usar nuestras mantas como complemento o para ganar altura en ciertas posturas:

  1. Para dar soporte a tus Rodillas: Cuidá tus articulaciones usando una manta bajo tus rodillas. Vas a lograr mayor amortiguación y comodidad. Algunas posturas para utilizar tu manta: Gato contento y gato enojado, sunbird, cualquiera que incluya una plancha y las rodillas (ver fotos abajo)

  1. Posturas sentadas: Ya sea para la postura típica de meditación o en la pinza, la manta puede ayudarte a ganar altura y mejorar tu alineación. /ver fotos debajo/

  1. Postura del Niño: Si tus tobillos no están cómodos, usar una manta puede ayudarte en esta postura. Colocala  entre tus muslos  y tus pantorrillas, logrando así una mejor relajación.
  2. Posturas invertidas: Ideal para dar mayor amortiguacion a tus hombros y codos, en posturas como la vela o el arado.

¿Cómo debería ser mi manta de yoga?

La manta no es únicamente usada para momentos de relajación, sino también como suplemento en ciertas posturas, y por eso es importante que tengamos en cuenta algunas características: materiales, grosor y tamaño.

Respecto del material, lo más recomendado es el algodón. Es un tejido natural, liviano y muy fácil de lavar. Tiene mucha durabilidad y está muy suave al tacto, sobre todo en personas con pieles sensibles o alérgicas.

El grosor y tamaño de la manta también son muy importante.

Al momento de relajarnos, la temperatura de nuestro cuerpo baja, y por eso es clave abrigarnos. Si nuestra manta es muy finita, no va a cumplir esa función.

Además, si no tiene el grosor necesarios, tampoco funcionará como complemento cuando queremos proteger las articulaciones o brindar altura en las distintas posturas.

Por otro lado, si se trata de una manta muy gruesa podría ocupar mucho espacio y ser pesada para su transporte. Doblarla y moderar las alturas sería complicado, y podría darnos más calor del necesario.

Las medidas ideales son las que se asemejan a nuestro mat, ya que si se queda corta no podría cubrirnos, y si se es más larga, entorpecería nuestra práctica.

Las mantas de SUKHA, están hechas en 100% algodón, son abrigadas pero sin ser pesadas, y sus medidas son: 120cm x 180cmEncontrá nuestras mantas de Yoga hacienco click acá