Amanecer para Ser – Beneficios de meditar al amanecer

Esa fue la gran propuesta y desafío del comienzo de este año. Si bien hace años que vengo desarrollando esta actividad, esta fue la primera vez que lo hice de un modo más organizado, desde Cariló donde pasé el verano, para que además la gente pudiera sumarse según su agenda y disponibilidad.

¿Por qué al amanecer? ¿Por qué a esas horas?

Porque a esa hora es cuando al sol se lo puede ver de frente, a los ojos, y hacer foco en su energía.

Hay algo que a veces se nos olvida que es la contemplación, y mi invitación a ver el amanecer se trata de eso, de contemplar la salida del Sol, un acto que si bien sucede a diario, generalmente nos encuentra durmiendo. Es una oportunidad para conectar con la forma en la que nos despertamos, como lo hacemos, de que manera. Despertar al mismo momento que despierta el día, es único. Que ese sol que nace en el horizonte, que viene iluminando de otras partes, entre por nuestros ojos, llegue a nuestras glándulas, ilumine nuestros sistemas y bañe de dorado, como la técnica del japonesa Kintsugi*,  uniendo nuestras partes rotas, y haciendo que salgamos de la experiencia convertidos en una nueva pieza, recordando que somos parte inseparable de la naturaleza.

Soy una fiel admiradora y agradecida del Sol. Lo de mirarlo de frente también se puede hacer cuando el sol cae, al atardecer, pero a mí me gusta la mañana, la energía que sube nuevita dispuesta a nutrir durante todo el día, a las personas, a los animales, a los ánimos, a las plantas. Te propongo que te animes a probar hacerlo al menos una vez, llenarte de esa energía, es como cuando cargamos la batería del celular, que quedes full las rayitas de tu energía, con esta recarga natural.  

Es la invitación a experimentar algo nuevo con el sol como compañero para que la propuesta de contemplarlo y contemplarnos, se vuelva un hábito.

Gracias Mil, 

Autora: Silvina Lamorte, 

Instructora de Kundalini Yoga.

*El ‘kintsugi‘ es una técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas y que ha acabado convirtiéndose en una filosofía de vida. Frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices