Ashtanga Yoga

“Lokah Samastha Sukhino Bhavantu” .. 

Que todos los seres del mundo sean felices y libres, y que mis pensamientos, palabras y acciones contribuyan a la felicidad y libertad de todos.

Con este mantra se finaliza cada práctica de Ashtanga. Invocando a la propia esencia, aquella que nos une profundamente y que al abarcarla nos permite vivir en abundancia, dentro de la misma y pura energía del amor.

       Ashtanga vinyasa es una práctica de yoga que invita a entrar    en un estado de presencia y concentración.

En su aspecto físico se basa en “series de posturas” que trabajan el cuerpo y que a lo largo del tiempo junto a otros aspectos de la práctica, van transformando la mente y el espíritu.

Cada postura o “asana” se une a la siguiente con una “vinyasa” o movimiento, armándose una linea de poses donde la vinyasa es el hilo conductor que las une.

A cada movimiento le corresponde una inspiración o exhalación que junto al trabajo físico genera un gran calor interno. 

La respiración utilizada en Ashtanga se llama “Ujjayi” donde por el cierre parcial de la glotis durante el paso del aire, se produce un sonido suave y regular. 

Existen también puntos fijos donde asentar la mirada en cada postura, llamados “dhristis”.

Mediante estas técnicas, el practicante logra mantener más estable su concentración.

Asanas, vinyasas, respiración y puntos focales van ayudando a la mente a entrar en un estado más sereno, aquietando pensamientos, evitando la dispersión y logrando mayor presencia.

Ashtanga en sánscrito tiene dos partes, “Ashto” que significa ocho, y “anga “ que habla de miembros o patas. O sea, que el Ashtanga se basa en ocho patas o prácticas que guían al alumno a profundizar su vida de yogi. 

Con esto vemos que esta práctica abarca al ser en todos sus aspectos en búsqueda de un bienestar físico, una mente clara y estable y un espíritu pleno.

Para comenzar, es necesario recibir la enseñanza de un instructor que transmita su experiencia y que al ir conociendo al alumno pueda guiarlo y asistirlo. También podrá dar alternativas, si el alumno lo necesita, para ir trabajando las diferentes posturas.

Es importante la constancia y paciencia, ya que el cuerpo debe pasar por un proceso de adaptación y aprendizaje que no es conveniente acelerar para no provocar molestias innecesarias. 

Tradicionalmente se aconseja practicar seis veces a la semana temprano a la mañana. Actualmente esto se acomoda a nuestro diario vivir sabiendo siempre que a mayor veces semanales de trabajo, más se va a ir internalizando.

Existen otros dos aspectos que son recomendados junto a la práctica de yoga. Uno es el Pranayama o técnicas de respiración, y otro es la Meditación.

A través de todo esto, la persona va asentando su vida en algo sólido y estable que lo ayudará a adentrarse en su interior, trabajando la paciencia, la comprensión y la compasión hacia sí mismo y a los demás. Practicando la tolerancia y el respeto, integrando su ser como “un Todo Único”.

Esto es YOGA.

Autora: Paulina Pospisil @petayoga