En estos días donde todos los medios de comunicación y redes sociales se llenan de mensajes amorosos y bien intencionados para las madres (desde Sukha también lo hacemos), me gustaría celebrar una maternidad más real.
Se nos enseñó que ser mamá, es darlo todo sin esperar nada a cambio y que en ese sacrificio, las mujeres encontraremos nuestra realización personal.
Desde mi experiencia personal, propongo cambiar este concepto y celebrar la maternidad como opción, no como mandato social.
Les hablo como mamá, trabajadora y emprendedora que hace y siente la responsabilidad de ser una “súpermadre”. Una madre que puede compaginar trabajo, crianza y vida personal. El problema que tiene esa visión de la maternidad es que nos hace creer que tenemos que cumplir con todo para ser exitosas en nuestras vidas y eso no es solo una falacia, sino también un camino a la frustración asegurado.
Tenemos que romper con estas estructuras, destruir esas imposiciones y reconciliarnos con nuestra propia experiencia. Saquemos del imaginario el sacrificio de tantos años abocados al cuidado de los hijos y al hogar tan solo para complacer a la retórica del “instinto maternal”.
Construyamos maternidades feministas que contribuyan a crear un mundo más equitativo, basado en la colaboración y el respeto.
Es imprescindible honrarnos a nosotras mismas, buscando un equilibrio entre la realización personal y las obligaciones de nuestra maternidad, para poder finalmente disfrutar sin culpa de ambos aspectos de nuestra vida.
¿Y todo esto que tiene que ver con yoga?
Todo y nada… En mi caso, a través del yoga encontré un espacio de autorreflexión y conexión con mis sentimientos. A veces los días son estresantes y agotadores y es gracias a la práctica que me mantengo más equilibrada. Yoga me enseñó sobre la atención plena y cómo aprovechar al máximo y sin culpa, el poco tiempo que paso con mi pequeño.
El camino del yoga siempre sacude y deja al descubierto tu verdadera esencia. Tu intuición (tan necesaria en esta nueva configuración del mundo) se agudiza y profundiza.
El yoga es tan sutil como potente, porque es una práctica que empodera, que vigoriza, que permite de-construirnos y reconstruirnos. Que nos permite adueñarnos de nuestros cuerpos, apropiarnos de nuestros territorios, del encuentro con nuestra propia espiritualidad, para así sobrellevar la vida y sobre todo la maternidad con más herramientas.
En este día de la madre, les deseo que encuentren espacios de liberación, menos culpa, más disfrute y mucho más amor propio.
Namasté
Autora: Pilar, Fundadora de SUKHA @sukha.online