Mi embarazo y el Yoga

Como practicante de yoga desde hace varios años, tenía algunas expectativas de cómo iba a ser mi relación con el yoga y mi embarazo. Cuando me quedé embarazada, busqué información sobre “yoga prenatal” para saber cuales eran las recomendaciones importantes sobre la “seguridad” de practicar durante el embarazo. Aprendí que si bien hay algunas precauciones que debes tomar, lo más importante es escuchar a tu cuerpo y hacer lo que a él le siente bien. 

Durante la mayor parte de mi embarazo me sentí bastante bien, así que para mí, eso se tradujo en hacer yoga de forma normal. Opte por tomar clases de Vinyasa con una profe con la que sabia que me iba a sentir súper cómoda. 

Me di cuenta bastante rápido durante el embarazo, que no tenia mucho control de lo que le iba pasando a mi cuerpo. Obvio que pude controlar lo que comía y lo saludable que elegí mantenerme, pero no pude controlar las náuseas, la fatiga, el dolor de espalda, la intensidad con la que me crecía la panza, así acepte que todo lo que pasaba por mi cuerpo era aceptable y mi practica se iba a adaptar a la energía del día, a mi estado de animo y a los dolores circunstanciales del momento. A veces, seguía el ritmo de la clase y mi practica era normal y otros días me sentía más cansada y una practica de Yin Yoga era lo que mejor resonaba con mi estado. 

El segundo trimestre fue fantástico, no tuve dolores y mi movilidad fue casi total. La panza no me había crecido mucho así que no sentía tanto peso extra cuando me movía.

En el tercer trimestre mi cuerpo (en verdad solo mi panza) empezó a crecer y crecer y los 7 kg de más se hacían notar cada vez que hacia un chaturanga.  Hoy en día, ya en la semana 34 (8vo mes) de mi embarazo, sigo practicando regularmente, pero de forma más sutil. Las posturas sencillas son las que mejor me sientan, dejé de hacer la mayoría de las posiciones que requerían un fuerte compromiso de mi centro y reduje mi secuencia a posturas de apertura de cadera, fuerza de piernas (con suplemento si es necesario), movilidad de columna e inversiones. 

Pero más alla de lo físico, el yoga realmente me esta ayudando a conectar con el ser por nacer. A pesar de ser un bebe que se mueve muchísimo en la panza, cuando practicamos y meditamos el se queda quietito. Se relaja conmigo durante shavasana, al igual que con los ejercicios de respiración; siento como el aire también le llega y lo oxigena a él

Creo que estos años de practica fueron fundamentales para llevar un embarazo sin ansiedad y con mucho disfrute por el proceso que estoy viviendo. El yoga me ayudó a dejar de tener el control, a aceptar lo que será y a confiar tranquilamente en lo que sea que esté sucediendo. 

El yoga ayudó a mi cuerpo a sentirse fuerte y flexible durante todo el embarazo. 

Todavía faltan unas semanas más para que mi pequeño porotito salga a la luz. Yo seguiré practicando hasta que mi cuerpo lo decida.

Me encantaría conocer sus experiencias.